"Pata Pila", un llamado a combatir la desnutrición infantil

En tiempos de crisis política y social, una organización no gubernamental se resiste a aceptar las desigualdades estructurales y lucha cada día por mejorar las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables: hablamos de Pata Pila.

La entidad conducida por Diego Bustamante se dedica desde 2015 a contrarrestar las desigualdades y la desnutrición infantil en las comunidades guaraní, wichí y toba de Salta. Pero también despliega programas en barrios periféricos y asentamientos en las provincias de Mendoza, Entre Ríos y Buenos Aires. 

"Pata Pila" implementa programas para proteger la primera infancia, combatir la desnutrición, empoderar a las mujeres, fortalecer la economía social e integrar a las familias al sistema público-privado, trabajando activamente en la restitución del derecho a la salud, la identidad, la vivienda digna y el acceso al agua potable.  
Desde la organización advierten que la desnutrición durante los primeros años tiene consecuencias para toda la vida. 

"Los primeros 1.000 días en la vida de un niño son clave porque en esta etapa se sientan las bases de su crecimiento físico y mental. Según la nutrición que reciba, podrá desarrollarse sanamente o no. En estos primeros años, se definirá la salud nutricional del niño para el resto de su vida".

Para llevar adelante su misión, "Pata Pila" despliega distintos recursos que se adaptan a las condiciones de cada área. En el Programa de Atención y Prevención de la Desnutrición se combate la malnutrición de los niños y niñas menores de 5 años. Un equipo de profesionales interdisciplinario atiende y hace un seguimiento cercano del estado de salud de cada niño en programa. También se realiza un abordaje integral de la problemática social infantil, capacitando y trabajando junto a las madres, ya que son el principal referente de cuidado de los niños.
  
Además, cada semana integrantes del equipo interdisciplinario (Nutrición, Salud y Acompañamiento Social) se acercan en una camioneta 4x4 con todo el equipo necesario a las comunidades en zonas de difícil acceso todo el equipamiento necesario para atender a los niños en situación de desnutrición y acompañar a sus madres. 

De forma complementaria, la ONG se encarga de la apertura de espacios de contención y aprendizaje para las infancias. "Trabajamos para garantizar el crecimiento y desarrollo saludable de los niños y niñas de 45 días a 4 años de edad en situación de vulnerabilidad social, brindándoles marcos de cuidado, estimulación y aprendizaje integral", explican.
 
La última arista de la estructura refiere íntegramente a las madres: desde la organización impulsan programas de oficios "para empoderar a las mujeres que asisten a los centros". Se trabaja tanto la capacitación teórico-práctica en el oficio, como el apoyo en la comercialización de productos. "A través del aprendizaje de oficios específicos se potencia el desarrollo del autoestima de las estudiantes y la importancia de su rol en la economía familiar", describen. Algunos de los oficios enseñados son: costura, repostería, panadería, peluquería, gestión de huertas, entre otros.  

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