La movilidad sustentable avanza sobre durmientes fabricados con plástico recuperado

Cada uno pesa poco más de 80 kilogramos y está hecho a base de envases, tapas y bidones. Pero su valor no debe medirse cuantitativamente. Es que los durmientes fabricados con plástico recuperado prometen convertirse en un hito para la movilidad sustentable. 

Su presencia no pasa inadvertida. Y así fue que en la tercera Cumbre Mundial de Economí­a Circular, uno de los 70 stand dispuestos en el complejo Ferial Córdoba fue el de la empresa Mundo Circularis, que presentó su producto de máxima comercialización: la fabricación de durmientes de plástico para trenes.

La empresa cuenta con dos plantas en el parque industrial de Montecristo. En una se realiza la selección, clasificación, triturado, procesado, moldeado de residuos plásticos para posteriormente hacer los durmientes. En la segunda se realizan el resto de los productos que la empresa comercializa.

Desde Mundo Circularis comentaron que cada durmiente pesa 80 kilos y es fabricado con material que se obtiene a través de la recolección de diversos artículos, como por ejemplo fuentes y tapas, film, nylon, envases, bidones, tapitas, etiquetas, envoltorios y potes. Se prevé que tengan una vida útil de 50 años y que puedan ser reciclados nuevamente.

Durante los próximos tres años, la empresa se comprometió a realizar 100 mil unidades. Con ese total se prevé rehabilitar el recorrido de Belgrano Cargas, cuyo recorrido incluye las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Salta y Jujuy lo que resulta una actividad de vital importancia para el sector económico en Argentina. 

Esta iniciativa responde a los objetivos trazados en el proceso de Compras Públicas Sustentables (CPS), en donde los organismos públicos puedan adquirir insumos en un mercado que provea bienes y servicios que sean amigables con el ambiente y que favorezca a la economía sustentable.

La empresa aclaró que los durmientes deben cumplir diferentes normativas, entre las que se encuentran la evaluación de la resistencia para soportar el paso del tren, la temperatura ambiental y una vida útil de 50 años, con el potencial de ser reciclado posteriormente. 

La ventaja es que con este material se pueden fabricar una mayor cantidad de durmientes, ya que los actuales, realizados de Quebracho Colorado, son de escasa fabricación porque esta especie es de lento crecimiento y se encuentra en peligro de extinción. A su vez, la utilización de este tipo de material promueve que el residuo plástico pueda volverse a utilizar, siendo un material amigable con el ambiente.

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