Greentech, se consolida como la Academia en Educación Ambiental más grande de Argentina

  Inicia el semestre universitario e ingreso al aula para dar clases en el primer año. Luego de presentarme, hago una promesa a los y las estudiantes: les prometo que revolucionaré su manera de pensar, fomentando la reflexión, el diálogo constructivo, y el pensamiento crítico y paralelo. De esta manera, ellos y ellas retrucan todo lo que digo, con el respeto correspondiente, desafiando mis palabras y obligando a que cuestione mis propias creencias, encontrando nuevas maneras de expresarme. Así, entonces, se genera un ambiente en el que aprendemos, de manera constante, entre todos y todas, construyendo y guiando el aprendizaje conjunto. ¿No se trata de eso la educación?

     En el 2017, junto a mis socios Adriano y Kevin, fundamos Greentech. Para el 2020, Greentech se consolida como la Academia en Educación Ambiental más grande de Argentina, con 13 capacitaciones integrales en energías renovables (energía eólica, energía solar térmica, energía solar fotovoltaica, biomasa, arquitectura solar, asesor comercial en energía solar, y energía solar fotovoltaica nivel 2), ambiente (jardines verticales, huertas orgánicas y techos vivos) y sostenibilidad (diseño y gestión de políticas ambientales, generación de proyectos sustentables, y participación ambiental y energías renovables) en formato virtual y/o presencial. Debido al COVID-19, migramos el 100% de las capacitaciones hacia la virtualidad, potenciando el seguimiento académico en cada estudiante para acortar la brecha entre la organización y quien estudia. A su vez, apoyando la campaña #QuedateEnCasa, lanzamos capacitaciones gratuitas llegando a más de 10 países de habla hispana; no solo favoreció a las personas interesadas en capacitarse, sino también a disertantes que tuvieron la posibilidad de visualizar sus organizaciones y/o el trabajo, en materia ambiental, que vienen haciendo. Finalmente, en Junio del 2020, Greentech realiza su primera internacionalización y llega a Colombia.

     ¿De qué se trata la Educación Ambiental? Entiendo que toda acción que la persona ejecuta, desde que se levanta hasta que se acuesta, tiene implicancias ambientales: si dejamos el celular cargando toda la noche, sabiendo que alcanza la carga total en 3 o 4 horas, estamos gastando/desperdiciando energía; si pedimos bolsas de plástico cada vez que vamos al supermercado, o realizamos alguna compra, estamos contribuyendo a generar residuos que tardan años en degradarse (camino al cual, antes de degradarse, de seguro contaminan algún otro espacio). Por lo tanto, al mencionar la educación ambiental, prefiero hablar sobre la transversalidad en la educación ambiental. Es decir, retomando lo dicho previamente, la educación ambiental está presente en todo lo que pensamos y hacemos; o, mejor, debe estar presente en toda decisión que las personas ejecutan. 

     La transversalidad de la educación ambiental implica cuestionar y reflexionar sobre hábitos arraigados, que alimentan paradigmas sociales, económicos, políticos y culturales. Por ende, su implementación y aceptación requiere de un proceso, de una transición. Una persona que se ha acostumbrado, por su rutina diaria durante años, a dejar las luces de la casa prendidas (aun cuando no está) por seguridad, de seguro le llevará algunos meses cambiar su postura, su pensamiento, y no lo hará bajo técnicas de premiación y/o imposición; es decir, posiblemente lo haga, en el corto plazo, pero para el mediano/largo plazo volverá a su rutina, y de ahí se desprende la importancia de educar, de guiar, mostrar y transmitir los motivos, causas y fundamentos, para que cada persona realice su propio aprendizaje, a su manera, pero entendiendo y contribuyendo a la causa ambiental global. Bajo ese camino es que generamos cambios a largo plazo, que repercuten y modifican los paradigmas previamente mencionados. 

     ¿De qué manera contribuimos a la transversalidad en la educación ambiental? Las capacitaciones que Greentech brinda son integrales, lo que implica ir desde lo más básico de la temática en cuestión, hasta lo complejo; la educación es gradual. Además, todo curso, independientemente de la temática que sea, tiene una unidad introductoria sobre la Educación Ambiental, en donde se plantea una hoja de ruta ambiental, la cual guía el comportamiento hacia un accionar más amigable con el medio ambiente; transmite los conceptos necesarios, los enmarca dentro del Ecosistema Ambiental, y plantea ejemplos concretos sobre cómo empezar. En el 2019 formé parte de una forestación en la cual, la mayoría de las personas, tenían entre 19 a 24 años; compartían el interés por cuidar/mejorar el medio ambiente, a pesar de que no tenían en claro cómo comenzar por lo que se sumaban a la primera iniciativa que aparecía (lo cual, es válido). Entendí que era necesario guiar y aglutinar a toda persona que quiera accionar a favor del ambiente. De tal manera, Greentech plantea un inicio, en donde la filosofía es comenzar a cuestionar y reflexionar los hábitos que estamos llevando en nuestras casas; a partir de ahí, toda persona tendrá un modus operandi diferente al que tenía cuando comenzó a capacitarse, permitiendo ver más allá de lo que antes veía, con el sentir y hacer puesto en cómo hacer lo que hacen de manera que no contamine ni perjudique tanto.

     Por otro lado, continuando con la manera en que materializamos el concepto de la transversalidad ambiental, también desarrollamos, apoyamos y difundimos actividades que complementan los cursos que brindamos. En el 2019, Greentech hizo una forestación de árboles autóctonos de Córdoba (junto a varias organizaciones más), también llevó adelante una estación de carga solar en la vía pública, e influyó en eventos masivos para moldear el comportamiento de las personas con el fin de generar menos residuos. El mensaje a transmitir es, más allá de la temática estudiada, también formamos parte de acciones que buscan ser más amigables con el medio ambiente. A principios del 2020, formamos parte de una actividad de Plogging, en Córdoba Capital, y, como es costumbre, comunicamos la acción a toda la Comunidad Greentech para que formen parten; entre tantas respuestas, una de ellas fue sobre una pareja de Almafuerte (Córdoba) que, si bien no podían venir, hicieron el plogging, por su cuenta, en su localidad.   

     La educación ambiental es el síntoma de una crisis educativa global y, a su vez, la raíz de la próxima revolución humanista. Si estamos educando para generar (y hasta tener) más conciencia y respeto por la naturaleza (y por las personas), algo mal habremos hecho durante mucho tiempo. La educación ambiental nos sensibiliza con el medio ambiente. Si nos sensibiliza con el entorno entonces, también, está sensibilizando a la persona en sí; la sensibilización permite una identificación, registro y convivencia de nuestros sentimientos y emociones, permitiendo así, entre otras cosas, la reflexión. En una sociedad donde muchas personas buscan su profesión y no su vocación, el sistema educativo comienza a mostrar las grietas presentes escondidas hace años. Tanto en el primer año como en el último año universitario, suelo preguntar al aula ¿por qué estudian lo que estudian? ¿qué les gusta hacer?, y las respuestas suelen ser siempre las mismas; como si las personas, aun aprendiendo, van en automático. Entonces, me invade la pregunta ¿de qué manera estamos educando? ¿estamos acompañando a las personas en sus procesos de aprendizaje?

     En una realidad en donde la tecnología avanza sin tener límites, el concepto de “trabajo”, como está visto en el Siglo XXI, cambiará. Cada vez más máquinas harán trabajos humanos, para dar lugar a que las personas desarrollen nuevas habilidades. Las nuevas concepciones y perspectivas en los sistemas productivos, sociales, económicos y culturales mutarán, generando así nuevas maneras de interrelacionarse. Las personas son el centro de esa transformación.

     El gap entre lo que las personas hacen y el título que nuclea esas actividades, aumentará como resultado de la realidad. El gap entre la escuela y la universidad también crecerá, al igual que la brecha de ésta última con el campo laboral. Luego de la innovación se busca la estandarización; si las personas son el centro de la próxima transformación, no hay manera de estandarizar sus pensamientos, sensaciones, sensibilidades ni perceptibilidades. En una sociedad donde la mayoría habla y la minoría conversa, ¿de qué se van a disfrazar?

     La manera en la que venimos aprendiendo, trabajando y desarrollándonos, cambiará. Es un hecho, una realidad que está tocando la puerta, ansiosa y nerviosa respecto a cómo iremos, las personas, a adoptarla. 

     El mundo está acariciando la 4ta revolución mundial desde hace años, y aún no ha podido abrazarla. Las revoluciones industriales pasadas se enfocaron en lo tangible, en resultados, en lo que las personas podían y hacían; se creaba algo, se llamaba innovación, y se la estandarizaba. Así funcionó, así era más fácil. Todavía no se ha hecho el paso a la siguiente revolución porque se sigue usando ese modus operandi, el cual ha funcionado en operaciones y tareas. El momento en el que se entienda que la persona en si no se puede estandarizar, será el momento en el que deleguemos y confiemos, realmente, en nosotros mismos. Uno de los mayores errores en el mundo es considerar que la tecnología va a revolucionar todo lo ya conocido; eso ya existe y ya es real. La revolución no debe ser tecnología (porque ya es nuestra realidad), la revolución debe ser humana.

     ¿Estamos listos y listas para reinventarnos, creando y generando nuevas concepciones sociales, económicas, cultuales y políticas respecto a nuestros hábitos más arraigados?

Lic. Rodrigo J. Martinez Goyena, socio fundador en Greentech, Orador, y Docente Universitario.


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