La revolucionaria tecnología que elimina plásticos de los ecosistemas marinos con ultrasonido

La creciente presencia de plásticos y sus derivados en los ecosistemas marinos es una de las principales preocupaciones que han manifestado las organizaciones que luchan por la preservación de la tierra y contra el cambio climático. Un innovador proyecto, originado en el corazón de la Unión Europea, ha desarrollado una tecnología capaz de eliminar nanopartículas de estos desechos a través del ultrasonido. 

InNoPlastic consiste en un proyecto de investigación de la UE H2020, que combina metodologías de ultrasonido junto a soluciones comunitarias para erradicar la basura plástica de los entornos naturales, especialmente de los mares y océanos, cada vez más vulnerados por esta clase de residuos. El proyecto trabajará a partir de tres propuestas diferentes, cada una de las cuales se enfocará en múltiples tipos de contaminación plástica marina que ocurren en varios entornos ambientales.

El consorcio del proyecto está formado por 17 socios de 10 países diferentes e incluye 2 organizaciones de investigación, 2 organismos gubernamentales, 4 usuarios finales de la industria, 2 ONG, 7 PYME de las cuales 4 proveedores de tecnología y 3 de servicios.

InNoPlastic comenzó en octubre de 2020 y es un proyecto de tres años financiado con una subvención de 7.4 millones de euros del proyecto de investigación EU H2020, seleccionado mediante la convocatoria "Acción piloto para la eliminación de plásticos marinos y basura".

La primera solución de la propuesta está orientada a trabajar los micro y nano-plásticos que afectan al medio marino. A través de una combinación de ultrasonidos, floculantes y una pantalla de tambor, el objetivo del programa es canalizar el agua de los sistemas de enfriamiento industrial masivos para aglomerar y filtrar los micro y nano-plásticos dañinos. Su meta es llevarlo a cabo protegiendo al mismo tiempo la vida marina local. La cantidad de agua de refrigeración extraída y devuelta en la industria equivale a la mitad de lo que descarga el río Rin, la vía fluvial más recorrida por la Unión Europea.

La segunda tecnología de limpieza es el robot autónomo de búsqueda de basura “SEEKer” que patrullará las playas junto con ayuda humana o solo en lugares de difícil acceso. SEEKer utilizará inteligencia artificial y aprendizaje automático para identificar, monitorear y, por supuesto, también recoger la basura plástica a medida que avanza.

La tercera solución es la aplicación social Empower, que incentiva y recompensa a los voluntarios y turistas locales para que recojan y rastreen la basura en las limpiezas de la comunidad, por ejemplo, ofreciendo un descuento en su pizza favorita, gimnasio o regalos para otros. La aplicación recopila información que proporcionará conocimientos esenciales sobre los tipos de contaminación, su ubicación, estado y cómo se puede dar un buen uso a la basura recolectada mediante la economía circular de los plásticos.

El proyecto coincide con el inicio del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), cuyo objetivo es crear conciencia sobre la importancia de la protección y la recuperación de la naturaleza en todos los rincones de la Tierra. La Asamblea General de la ONU proclamó el decenio para fomentar un movimiento global amplio y sólido que coloque al mundo en la vía hacia un futuro sostenible por medio de un impulso político y miles de iniciativas sobre el terreno.

Conforme al estudio Restauración de los ecosistemas en beneficio de las personas, la naturaleza y el clima, la humanidad está utilizando alrededor de 1.6 veces más servicios de los que la naturaleza puede proporcionar de manera sostenible. Con respecto a los océanos, destaca que constituyen el 70 % del planeta y que dos tercios de sus ecosistemas están dañados, degradados y modificados, además de que sufren una alta contaminación por plásticos.

Las tecnologías de limpieza se probarán en diversos entornos, desde sitios industriales en los Países Bajos hasta playas turísticas y sitios naturales en Krk (Croacia), Venecia (Italia), Sint Maarten (parte del Reino de los Países Bajos) y el Támesis en el Reino Unido.

Desde In-No-Plastic aseguran que el propósito del proyecto es eliminar el 90 % de toda la basura presente en los ecosistemas marinos, generando un impacto positivo a largo plazo en los entornos naturales locales y en su vida silvestre. Asimismo, el plástico que se recolecte será reciclado para producir nuevos productos, completando una cadena de valor de economía circular y reutilización. 

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