América Latina y el Caribe: cómo es el programa para prevenir nuevas pandemias

Con los ojos puestos a corto y a largo plazo, la XXII Reunión del Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe, que tuvo lugar el 1 y 2 de febrero, no se trataba de un encuentro más de líderes regionales: había que dar una respuesta  al dramático escenario de pandemia que asola al continente y delinear políticas de bloque para prevenir nuevas crisis sanitarias en el futuro. 

Primero se acordó la firma de la Declaración de Bridgetown, en la cual llamaron a integrar la dimensión ambiental en el centro de los planes de recuperación de la Covid-19 y promover una reactivación basada en la inclusión social, economías resilientes y bajas en carbono, y conservación y uso sostenible de recursos naturales.

La segunda respuesta de los mandatarios fue el Plan de Acción del Decenio sobre la Restauración de los Ecosistemas. Se trata de un innovador plan que contiene diez acciones para promover la restauración de los ecosistemas terrestres, marinos y costeros en esta década, especialmente centrado en la preservación de los entornos naturales de la fauna y flora silvestre alejada de los centros urbanos. La importancia de delimitar los espacios de convivencia entre seres humanos y animales ha sido una de las grandes enseñanzas de esta crisis.

A raíz del contexto de pandemia y las restricciones vigentes, para evitar una mayor transmisión de la enfermedad, el encuentro regional se celebró por primera vez en un formato virtual. La reunión fue organizada por el Gobierno de Barbados, actual presidente del foro, y la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Además del Plan de Acción, los ministros también acordaron una Coalición de Economía Circular, un Sistema Integrado de Información Ambiental y la actualización del Programa para los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) del Caribe, con el objetivo de impulsar una recuperación verde. 

"Esta pandemia ha demostrado que el equilibrio de nuestros ecosistemas se ve afectado por la forma en que usamos nuestros recursos naturales. Aún estamos a tiempo de construir un futuro sostenible para América Latina y el Caribe, y hago un llamado a los ministros de la región para que apoyen los compromisos audaces que necesitamos para garantizar precisamente eso", dijo el ministro de Medio Ambiente y Embellecimiento Nacional de Barbados, Adrian Forde.

El Plan de Acción del Decenio sobre la Restauración de los Ecosistemas consiste en un esfuerzo voluntario único en su tipo, destinado a revertir los efectos actuales de la degradación, así como los que podrían surgir en el futuro. Y está vinculado con el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030, una iniciativa global para prevenir, detener y revertir la pérdida de ecosistemas en todo el mundo.

El Decenio, que fue presentado originalmente por el Gobierno de El Salvador, está liderado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

"La salud de los ecosistemas es la base de un desarrollo sostenible. Con la adopción de este Plan de Acción, los países de América Latina y el Caribe contarán con condiciones mejores y mecanismos de cooperación más efectivos para recuperar sus ecosistemas, frenar la pérdida de biodiversidad y avanzar regionalmente hacia la visión de 2050 de vivir en armonía con la naturaleza", dijo Leo Heileman, director regional del PNUMA en América Latina y el Caribe.

La restauración de los ecosistemas implica una serie de actividades que contribuyen a proteger los entornos naturales intactos y reparar aquellos que ya están degradados, como por ejemplo, mejorar el carbono orgánico en los suelos agrícolas, aumentar las poblaciones de peces en las zonas sobreexplotadas, remediar sitios contaminados, restaurar los procesos ecológicos y la biodiversidad, y conservar la fauna y la flora que puedan ayudar en los procesos de restauración.

"A escala mundial, los beneficios económicos de las intervenciones de restauración son hasta diez veces mayores que el monto de las inversiones necesarias. Por otro lado, la inacción puede ser hasta tres veces más costosa", dijo Leo Heileman.

El Plan de Acción plantea diez medidas, basadas en mecanismos de cooperación y organizadas en tres vías a seguir:

- Un movimiento regional, que se logrará mediante la concientización pública, la visibilización de los defensores de la restauración de los ecosistemas y la introducción de la restauración de los ecosistemas a las escuelas.
- El compromiso político, que se buscará mediante la creación de liderazgo en la restauración de los ecosistemas, el desarrollo de una estrategia de financiamiento innovadora y la promoción de diálogos regionales de alto nivel.
- La promoción de la capacidad técnica, que se desarrollará mediante la inversión en investigación científica a largo plazo, un mayor acceso al conocimiento, la promoción de la colaboración y la formación de profesionales en materia de restauración de ecosistemas.

El objetivo del Plan de Acción del Decenio sobre la Restauración de los Ecosistemas prevé que para 2030 los países de América Latina y el Caribe hayan avanzado significativamente en la definición de políticas y planes y en la implementación de proyectos para restaurar los ecosistemas marinos, terrestres y de aguas continentales a una escala lo suficientemente relevante como para revertir los efectos negativos de la degradación.

América Latina y la crisis climática

Durante la apertura de la cumbre, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Barcena, dejó un contundente mensaje sobre las asimetrías presentes en América Latina, tanto a nivel socioeconómico como en su posición respecto al cambio climático. 

"Nuestra región enfrenta una doble asimetría, porque es una región que emite menos del 8,3 % de gases de efecto invernadero, pero es altamente vulnerable, particularmente el Caribe donde más del 50 % de la población vive por debajo de 5 metros respecto al nivel del mar y muy expuestos junto con Centroamérica a crecientes eventos meteorológicos extremos", sostuvo. 

Barcena apuntó que "la dura asimetría de la desigualdad es quizás la característica que define a nuestra región, tanto en la distribución del ingreso como la riqueza. Pese a que esta pandemia es global, la crisis no es igual para todos. Como en tantas ocasiones, las personas, los pueblos y los países más vulnerables son también los más afectados".

"En CEPAL hemos estimado dos escenarios. Uno con el impacto de las medidas que han puesto en marcha y otro si no se hubieran aplicado (en contexto de la pandemia). Sin medidas sociales, la pobreza hubiera alcanzado a 231 millones de personas y la pobreza extrema alcanzaría a 98 millones de personas. Con más de 263 medidas implementadas que han llegado a 49,4 % de la población, podemos estimar que la pobreza alcanzara a 209 millones y 78 millones. Sin duda, los gobiernos han dado prioridad a apoyar a hogares y empresas ante la emergencia", destacó. Pero en ese marco, denunció que "frente al creciente déficit fiscal que enfrentan los países de la región, cuando deben escoger en donde gastar los escasos recursos desafortunadamente son las instituciones ambientales las que han sido recortadas". 

En ese sentido, la titular de la CEPAL bregó por "una recuperación económica sobre bases ambientalmente sostenibles y con igualdad" que permita a los países de la región "recuperarse de la recesión más rápidamente y, además, con mejoras sustanciales en la calidad de vida y la salud". "Para ello se requiere de una agenda distinta de políticas, de nuevas coaliciones políticas internas e internacionales, y también de formas inéditas de cooperación internacional que sostengan el cambio en el estilo de desarrollo", ejemplificó. 
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