Entre ausencias, dudas y escepticismo, comenzó la Cumbre Mundial sobre el Clima COP 27

Con nada menos que la sonora ausencia de los presidentes de cuatro de las potencias más contaminantes del mundo, Estados Unidos, Rusia, China e India, el domingo se abrió la Cumbre Mundial sobre el Clima COP 27, que se desarrollará hasta el 18 de noviembre en Egipto. 

Con la mirada puesta en la renovación y extensión de los inéditos compromisos alcanzados en el Acuerdo de París hace siete años, cientos de diplomáticos disertarán durante más de diez días en la ciudad de Sharm el-Sheij, bajo el lema “Juntos por la implementación”. 

Pese a los recientes informes de la Organización Meteorológica Mundial, de Naciones Unidas, que confirman que los últimos ocho años fueron los más calientes desde que la revolución industrial, los grupos activistas independientes se manifiestan escépticos alrededor del mundo sobre la eficiencia real de la cumbre. 

El encuentro en el que participan cerca de 200 países se presenta un punto crucial en la mitigación del calentamiento global. En la apertura de la cumbre, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, advirtió que el planeta se dirige de forma irreversible a un desastre climático.

"A medida que se pone en marcha la COP27, nuestro planeta está enviando una señal de socorro (...) El estado del clima mundial es una crónica del caos climático", alertó Guterres este domingo, al inicio de la conferencia climática internacional.

El diplomático ha advertido antes que el caos será inevitable a menos de que los países encuentren un modo de encarrillar de nuevo al mundo en la reducción de emisiones de efecto invernadero y ayuden a las naciones pobres a lidiar con los efectos del calentamiento global.

"Como ha visto claramente la Organización Meteorológica Mundial, el cambio se está produciendo con una velocidad catastrófica, acabando con vidas y medios de subsistencia en todos los continentes… Debemos responder a la señal de socorro del planeta con acciones, acciones climáticas ambiciosas y creíbles. La COP 27 debe ser el lugar, y ahora debe ser el momento".

Más de 120 jefes de Estado y representantes de 200 países asisten a la COP27. Este lunes comenzarán a pronunciar discursos de cinco minutos en los que expondrán lo que esperan de la cumbre. Para los países desarrollados, la reducción de los gases de efecto invernadero y el paso más rápido a las energías renovables son dos de los principales objetivos.   

Debatirán las compensaciones económicas

La noticia más resonante hasta la fecha fue el acuerdo obtenido para discutir la compensación financiara a países vulnerables. Este encuentro supone un punto de inflexión para frenar el cambio climático luego de que la COP26 certificara que el mundo se encuentra ante una década crítica. 

Se prevé que se establezca un mecanismo de compensación aportada por los países más industrializados, que son los que más emisiones de carbono derraman sobre la atmósfera. De esta forma se intentará contrarrestar las dramáticas consecuencias que el cambio climático tiene sobre países más pobres, especialmente en el Sur global. 

Al respecto, la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, ha declarado durante la inauguración: "Cómo puede ser que las grandes compañías hayan tenido 200.000 millones de dólares en beneficios solo en los últimos tres meses y no esperen contribuir con al menos diez céntimos de cada dólar?".

A su turno, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, exigió el lunes a "todos los gobiernos" la implantación de impuestos sobre los beneficios extraordinarios obtenidos por las compañías de energías fósiles. "Pido a todos los gobiernos que tasen los beneficios extraordinarios de las compañías de combustibles fósiles. Reorientemos el dinero para la gente que sufre con el alza de los precios de la energía y los alimentos y para los países que sufren pérdidas y daños causados por la crisis climática", completó.   

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