¿Por qué el triunfo de Lula es una buena noticia para la Amazonía?

Luego de una feroz batalla electoral, viciada de fake news y violentos cruces en las calles, principalmente promovidos por agrupaciones bolsonaristas, Luiz Inácio Lula da Silva se impuso en el ballotage y volverá a ser presidente de Brasil. La noticia es un verdadero refuerzo de aire para las organizaciones ecologistas y para el mundo entero, luego de seis años de creciente deforestación en la Amazonía.

Durante su campaña, el histórico líder del Partido de los Trabajadores prometió combatir las actividades de tala indiscriminada instaladas en la selva y financiar el desarrollo de proyectos sustentables. "Brasil y el planeta necesitan de una Amazonia viva. Un árbol en pie vale más que la deforestación, el río limpio vale más que todo el oro extraído con las aguas contaminadas por mercurio", manifestó en su primer discurso tras ganarle en el balotaje al mandatario de derecha Jair Bolsonaro, duramente cuestionado por su política ambiental.

La gestión de Bolsonaro se tradujo en una tragedia ambiental para Brasil. Desde el primer año de su gobierno el presidente saliente tomó una postura negacionista del cambio climático, en línea con Donald Trump, e impulso los proyectos de agronegocio en la zona de la Amazonía. 

Durante su gobierno se multiplicaron los incendios intencionales por la falta de controles De hecho, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales sólo durante 2022 se registraron más de 75 mil focos ígneos.

Al respecto, desde la organización ecologista dijeron desde CarbonBrief aseguraron que la derrota de Bolsonaro también significará una reducción de las emisiones de Brasil por un nuevo enfoque en la restauración forestal. "Esto supone que Lula cumplirá con su compromiso de abordar la deforestación ilegal en la Amazonía, en línea con su presidencia anterior, mientras que Bolsonaro continuaba supervisando una gobernanza ambiental débil que permite que continúen tales actividades", destacaron. 

Si bien durante las reciente décadas, la Amazonía siempre fue un blanco para el desarrollo de proyectos inmobiliarios, mineros y agropecuarios, durante la gestión de Lula da Silva se había alcanzado una significa merma en la cantidad de hectáreas perdidas. Entre 2003 y 2013, la deforestación ilegal cayó un 82 %, sobre todo gracias al empeño de su entonces ministra Marina Silva, al frente de la cartera de Medio Ambiente hasta el año 2008.   

Financiación desde Europa

La ajustada victoria de Lula, que se impuso en el ballotaje por sólo dos millones de votos, rápidamente despertó señales de respaldo en países de Europa.  El Gobierno noruego se mostró este lunes dispuesto a desbloquear su aportación al Fondo Amazonía, suspendida desde hace tres años.

El ministro de Clima y Medio Ambiente noruego, Espen Barth Eide, mostró hoy la voluntad de Oslo de reanudar sus aportaciones al fondo e informó de que contactará con el equipo de Lula antes de que este asuma formalmente la presidencia brasileña el próximo 1 de enero. "Hablaremos con su gente para fijar los aspectos formales. Hay cantidades significativas congeladas en cuentas para el fondo", declaró Eide a la agencia noruega NTB.

El impulso a la deforestación del Amazonas dado por el gobierno de Jair Bolsonaro provocó que Alemania y Noruega, principales patrocinadores del Fondo Amazonía congelaran de forma indefinida sus aportaciones a esta institución dedicada a la protección medioambiental.

"Se produjo un aumento significativo de la deforestación durante el gobierno de Bolsonaro, algo muy grave. Todos los que están preocupados por el clima han visto con dolor cómo ha ignorado antiguos acuerdos y promesas", afirmó Eide.

El titular de Medio Ambiente noruego calificó el triunfo electoral de Lula de "día importante" y de algo "bueno" para Brasil y para todo el mundo.

El dirigente de centroizquierda, que estuvo al frente del Palacio del Planalto entre 2003 y 2010, deberá lidiar con un Congreso dividido entre sus fuerzas y la extrema derecha bolsonarista que conserva fuerte presencia en ambas cámaras. Sin embargo, Lula se muestra esperanzado en avanzar en una agenda verde incluso más ambiciosa que durante sus anteriores mandatos. "Brasil está listo para retomar su papel de liderazgo en la lucha contra la crisis climática, protegiendo todos nuestros biomas, especialmente la selva amazónica. En nuestro Gobierno logramos reducir la deforestación en las Amazonía en 80 %. Ahora, luchemos por la deforestación cero", dijo.

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