Una tecnología de la NASA permitiría recargar los autos eléctricos en 5 minutos

La Agencia Espacial americana (NASA) se asocia principalmente con la investigación aeroespacial, la navegación por el espacio y los experimentos con tecnologías que pueden tener un recorrido comercial en la tierra. Sin embargo, su dimensión es mucho más profunda en todos los campos de la ciencia: no cubre solo el espacio exterior, sino también la Tierra y todo lo que la rodea. 

Entre sus proyectos está SABERS, cuyo objetivo es desarrollar baterías de iones de litio con electrolito sólido que puedan ser usadas de manera segura en la aviación eléctrica. Un proyecto que, con su último avance, ha dado un paso gigante. Tanto es así que actualmente se puede considerar que su batería sólida es la más avanzada del mundo en cuanto a especificaciones.

La aviación es uno de los campos que más atención ha recibido por parte de la NASA que, entre otras cosas, ha desarrollado nuevas tecnologías y procedimientos para la operación segura de aeronaves. La sostenibilidad y la necesidad de proteger el medioambiente la han empujado a invertir en más estudios para desarrollar mejores baterías para el sector de la aviación. Las características principales de estas baterías es que han de ser más livianas y seguras que las baterías que se usan en los vehículos eléctricos y en los aparatos electrónicos.

Es que uno de los mayores problemas en la actualidad sobre los autos eléctricos es el tiempo que demoran sus baterías al recargarlas, eso a pesar de los grandes avances que ha habido en los últimos años en los diferentes desarrollos de nuevas tecnologías y baterías, y lo cierto es que aún hay deficiencias que se deben mejorar. Los tiempos de carga son la principal queja de los clientes y futuros compradores, pero al parecer esta investigación dará un vuelco de 180°.

El proyecto SABERS, que trabaja con baterías basadas en la arquitectura de electrolito sólido mejoradas, ya muestra resultados prometedores. Después de varios años de investigación, la batería de estado sólido de la NASA ha alcanzado un hito importante al lograr una densidad de energía de 500 Wh/kg. Esta cifra es el doble de la mejor batería que se emplea hoy en día en los vehículos eléctricos.

Para lograr este resultado, el equipo de la NASA utilizó un sistema de empaquetamiento revolucionario, que le permitió deshacerse de la mayor parte del peso de la batería. A diferencia de las baterías normales, que conectan celdas empaquetadas individualmente, las baterías de SABERS apilan celdas de estado sólido una encima de la otra dentro de una sola carcasa. Al eliminar todo el empaquetamiento de celdas individuales, la NASA redujo el peso de la batería entre un 30 y un 40 % lo que duplicó la densidad de energía.

Pero esta no es la única ventaja, ya que también afirma que su batería de estado sólido puede soportar temperaturas dos veces más altas que las celdas de iones de litio actuales de los vehículos eléctricos. Esta es una condición indispensable para el caso de la aviación, que tiene estándares de seguridad más altos que la industria del automóvil. La NASA actualmente está probando el rendimiento continuo de su batería a temperaturas y presiones que superan los límites de la tecnología.

Los aviones de propulsión eléctrica y el proyecto Advanced Air Mobility de la NASA son los principales beneficiarios de esta nueva tecnología de baterías. El equipo SUbsonic Single Aft eNgine de la NASA, que trabaja para desarrollar un concepto de avión híbrido-eléctrico avanzado, también ha mostrado interés en este nuevo tipo de batería.

¿Por qué demoran tanto las recargas? 
El problema se debe fundamentalmente al calor. La alta corriente eléctrica genera más calor, lo que dañaría los componentes del vehículo, además del mismo cargador. Esto lleva al otro problema de los vehículos eléctricos: el tipo de batería, pero es para otro informe.

De esta manera, a juicio de la NASA este sistema podría recargar un vehículo eléctrico en tan solo cinco minutos. Para comprobar lo mencionado, fue el propio Dr. Issam Mudawar de la universidad estadounidense de Purdue, quien lideró este experimento y demostró que con un cable refrigerado puede llegar a proporcionar nada menos que 2.400 amperios, cifra muy lejana a los 1.400 amperios que se necesitan para poder cargar un auto eléctrico en cinco minutos. No obstante, este experimento solo se ha centrado en el cableado del punto de carga y en una fase más avanzada pasaría a la aplicación de una batería del vehículo.

Aunque estos avances se producen en el campo de la aeronáutica, los vehículos eléctricos terrestres también acabaran beneficiándose de ellos. Disponer de baterías más seguras también es cada vez más importante para la industria del automóvil. Esta tecnología aumentará la seguridad de los vehículos y permitirá implementar baterías de más capacidad para lograr mayores autonomías o aligerar el peso manteniendo el rango que se logra con las actuales.

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