¿Hay límites para el activismo ambiental?: lanzan sopa sobre una obra de Van Gogh en Londres

Una nueva protesta ambiental en una galería de arte de Londres volvió a poner en foco a las cada vez más radicalizadas intervenciones de activistas que buscan generar conciencia sobre el cambio climático y sus consecuencias. Esta vez, dos manifestantes del grupo activista Just Stop Oil volcaron sopa de tomate sobre la obra “Los girasoles”, de Vincent Van Gogh. 

El hecho tuvo lugar días atrás en la National Gallery de Londres. La policía informó que los dos activistas lanzaron una sustancia sobre el cuadro del pintor neerlandés y "luego se pegaron a una pared". Ambos han sido arrestados por daños criminales y allanamiento agravado, reveló el informe oficial.

Los manifestantes, vestidos con camisetas con el nombre de esa organización, arrojaron dos latas de sopa de tomate de la conocida marca Heinz sobre la obra pintada en 1888, antes de arrodillarse frente a la pintura y pegar sus manos a la pared bajo ella. La sopa de tomate fue lanzada contra la pintura, que está cubierta por un vidrio, y también manchó algunas zonas del marco dorado del cuadro.

Una de los activistas, identificada como la londinense Phoebe Plummer, de 21 años, gritó ante la célebre pintura: "¿Qué vale más, el arte o la vida? ¿Vale más que la comida? ¿Vale más que la justicia? ¿Qué nos preocupa más, la protección de una pintura o la protección de nuestro planeta y la gente? La crisis por el coste de la vida es parte del coste de la crisis del petróleo".

La versión de "Los Girasoles" expuesta en la National Gallery de Londres, una de las cinco que hizo Van Gogh, fue pintada en Arles, en el sur de Francia, en agosto de 1888. La obra muestra quince girasoles de pie en una maceta amarilla sobre un fondo del mismo color.
  
La acción de hoy se produce después de dos semanas de continua resistencia civil por parte de los partidarios de Just Stop Oil. Desde esta organización apuntan que interrupción es en respuesta a la inacción del gobierno tanto en la crisis del incremento de precios y del coste de la vida como en la crisis climática.  El movimiento exige que el gobierno del Reino Unido detenga todos los nuevos proyectos de petróleo y gas autorizados por la ministra entrante Liz Truss. 

Las galerías de arte y varios de los cuadros más famosos del mundo se han convertido durante los últimos años en uno  de los escenarios centrales para las manifestaciones contra el cambio climático.  De hecho, a principios de mes, dos activistas de Extinction Rebellion pegaron su mano al cuadro de Pablo Picasso "Masacre en Corea" (1951) , expuesto en un museo de Melbourne, Australia, en reclamo por la crisis climática, desplegando una pancarta que decía: "Caos climático = guerra + hambruna".

Hace unos meses, Just Stop Oil había dado otro golpe en la galería de arte en Glasgow, Escocia, y en la de Manchester, con activistas que se pegaron a las pinturas de Turner y Van Gogh. Y también habían vandalizado la muestra del cuadro "La última cena", de Leonardo da Vinci. 

A finales de mayo, en el museo del Louvre, un hombre disfrazado que se trasladaba en silla de ruedas le lanzó una torta sobre "La Gioconda", la icónica pintura de Da Vinci, una de las más caras del mundo. Y luego gritó: "Piensen en la tierra, hay gente que está destruyendo la tierra. Todos los artistas piensen en la tierra. Por eso hice eso".

Es necesario aclarar que, al margen de la conmoción, ninguna de las obras intervenidas sufrió un daño permanente ya que se encuentran protegidas por cristales de seguridad. La pregunta, sin embargo, permanece flotando en el aire sin una respuesta que satisfaga a todos: ¿El arte vale más que la vida del planeta?

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