La sostenibilidad, el principal desafío de la industria aérea en el siglo XXI


¿Cómo reducir las emisiones de carbono sin encarecer los costos de los pasajes ni perder eficiencia en los recorridos? Ésta es la pregunta clave que recorrió la "II Jornada por el Clima" organizada por el Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España (COIAE) en el Instituto de Ingeniería en Madrid.   

Anualmente el sector transporte a 4.500 millones de pasajes y tiene una escala comercial creciente, lo que equivaldría a multiplicar los aviones que despegan año a año. De acuerdo al plan programático, la industria proyecta alcanzar la sostenibilidad y las cero emisiones netas en 2050, aunque los principales representantes del área aseguran que ese objetivo sólo será posible si se comprometen todos los actores: aerolíneas, aeropuertos y fabricante. 

Las políticas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) de las empresas aeronáuticas, los futuros medios de propulsión y las emisiones globales de CO2 son las tres temáticas que los ponentes han debatido durante esta cumbre.

Se trata de un sector que ha recibido ataques "en numerosas ocasiones", ha expuesto la decana del COIAE, Estefanía Matesanz, "pero no tenemos que tomar una actitud defensiva", y ha defendido que su contribución a las emisiones globales apenas supone el 2,5 % y su compromiso de alcanzar las cero dentro de tres décadas.

Sin embargo, según el informe de Stay Grounded, los efectos ambientales de la aviación no se detienen ahí. Aparte del dióxido de carbono, los aviones producen otros elementos nocivos (metano, ozono, hollín, estelas y nubosidad inducida) con mayor impacto climático que el CO2.

Todas esas variables indicarían que hoy la aviación cause entre el 5 % y el 8 % del calentamiento global, de acuerdo con los datos recopilados y analizados en el estudio.

Por su parte, la directora de aeroestructuras de Airbus -empresa fabricante de aviones-, Susana Carballo, ha alegado que no es capaz de concebir un mundo sin transporte aéreo, "nuestro sector trae muchos beneficios", por lo que deben "fomentar la sostenibilidad, que es complicada, pero alcanzable también", aunque solo si "trabajamos todos juntos".

Si en el siglo XX el reto de la aviación fue convencer a la gente de que "era segura", ha concluido la asesora de presidencia de Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáuticas (Senasa), Isabel Maestre, el "frente" del siglo XXI es la sostenibilidad.

Otro de los horizontes de la aviación es el hidrógeno, que requiere de un "costoso proceso", ha explicado el ingeniero jefe de Ultrafan, Abel Jiménez, que además de tener que ser "producido de forma sostenible" para que sea verde, va a requerir "cambios significativos en la estructura de un avión", aspectos que todavía se están estudiando y que implica una serie de "dificultades".

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