El Municipio de Córdoba ya recicla sus antiguas lámparas de sodio del alumbrado público

Para que el recambio de las lámparas de sodio tradicionales por las nuevas luces LED sea completo debe encuadrarse en una política de economía circular. En este sentido, el Municipio de Córdoba acaba de anunciar que ya avanza en el reciclaje de los antiguos artefactos de alumbrado público que entraron en desuso. 

Según informaron desde la gestión de Martín Llaryora, desde diciembre de 2020 se recolectaron 83,88 toneladas de luces de sodio, que son recicladas y, posteriormente, reutilizadas. Estos dispositivos antes tenían destino de soterramiento, sin paliar las consecuencias contaminantes. 

Los artefactos que ya no funcionan son traslados a la planta de tratamiento en James Craik, coordinado por la empresa ProgGeas Argentina. Ahí se efectúa la gestión integral de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), que aporta medidas tendientes a la reutilización, el reciclado y la valorización de esta clase de instrumentos. 

El proceso implica el reciclado de hasta el 95 % del volumen recibido.

El material es acopiado en diversos puntos de la Dirección de Alumbrado Público, cuya logística es ejecutada por la Corporación Intercomunal para la Gestión Sustentable de los Residuos Sólidos Urbanos del Área Metropolitana de Córdoba (Cormecor). 

El procedimiento de reciclado se inicia con la clasificación y la separación de las luminarias, según sean de aluminio o hierro. Las que no se encuentran operativas se suprimen totalmente, con cero residuos, gracias al tratamiento de los vidrios y los metales. 

Tanto los balastros como los capacitores se agrupan por separado según su composición, aunque los últimos son gestionados con disposición final en una serie de celdas de seguridad para ser trasladados hasta la empresa Pelco, en la provincia de Santa Fe, donde se los trata como residuos peligrosos.

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