Evita y un tango en París: proponen quitas de deuda a países con superávit ecológico

Primera semana de abril de 2021. La escena parece extraída de una película de los ochenta, de un cine de autor que interpela al que se tome el tiempo necesario para mirarlo de cerca: una mujer caracterizada como Evita entona clásicos sobre un estrado del que pende una bandera argentina con la leyenda: "Marcá la cancha, Argentina. Que los países ricos paguen la deuda ecológica". A su espalda, las oficinas centrales del Fondo Monetario Internacional (FMI), en Washington, Estados Unidos. 

La intervención, organizada por la agrupación multinacional Avaaz, no era azarosa: por esas horas se llevaba adelante el Encuentro de Primavera 2021 entre referentes del FMI y del Banco Mundial, en la que se debatieron distintos mecanismos de empréstito y quita de deuda para países emergentes acuciados por el default. Los manifestantes pedían que se reconociera la riqueza ecológica que aportan los países emergentes a toda la humanidad y, además, proponían un sistema de reducción o eliminación de deudas externas financieras en compensación por la deuda ecológica.

En mayo, el presidente argentino, Alberto Fernández, vuela a la capital francesa para reencontrarse con Emmanuel Macron y renegociar la deuda que el gigante del sur sostiene con el Club de París. Avaaz vuelve a escena. En esta oportunidad usó una imagen de archivo de los dos presidentes y una gráfica que imita el afiche original de "El último tango en París", la icónica película de los años setenta. El objetivo fue ilustrar los roles de Francia, sede del Club de París, y de la Argentina como protagonistas de un caso qua ya es emblemático en el marco de los desafíos que enfrentan los países de ingresos medios en la negociación de sus deudas soberanas: ese tango vicioso e improductivo que han bailado durante décadas. 

Y en el centro de este ruedo, un reclamo: que los organismos acreedores consideren el superávit ecológico de varias naciones emergentes para negociar recortes de deuda externa. En este sentido, en una solicitada publicada en el diario Financial Times, el movimiento cívico y social internacional les reclamó a los presidentes que incluyan la compensación ambiental como un mecanismo "ad hoc" para renegociar las deudas financieras dentro del Club de París.

Avaaz, que significa "voz" en varios idiomas europeos, asiáticos y de Medio Oriente, nació en 2007 con una misión simple y democrática: movilizar a los ciudadanos del mundo para cerrar la brecha entre el mundo que tenemos y el mundo que la mayoría de la gente quiere. Con campañas en 15 idiomas coordinadas por un equipo de profesionales trabajando en 6 continentes y voluntarios en todo el mundo, los miembros de la comunidad Avaaz emprenden distintas tácticas y acciones - firmando peticiones, financiando campañas en los medios, enviando mensajes, realizando llamadas a funcionarios de gobiernos, y organizando protestas y eventos offline - para garantizar que las opiniones y los valores de la gente sean tenidos en cuenta en los asuntos de interés público que nos afectan a todos. 

"Le pedimos a Macrón y a Fernández que éste sea el último tango en París y que dejen de dar vueltas en una lógica inconducente: la Argentina es deudora financiera pero es acreedora ambiental. En lugar de refinanciar pagos eternamente lo que proponemos es que se incorporen a la discusión los aportes ecológicos que los países realizan al mantenimiento de la sustentabilidad planetaria", sostuvo el argentino Oscar Soria, director de campañas de Avaaz.   

De acuerdo a información recogida por Página 12, la campaña de Avaaz conmina a los países ricos a pensar en términos de aportes y consumos, entendiendo que la agenda ambiental internacional permite negociar los "créditos" y las "deudas" desde la perspectiva de la política climática o de biodiversidad, y que la huella ecológica puede ser un indicador apropiado para relanzar una discusión donde nuestras economías funcionen para esta y las futuras generaciones.
Avaaz considera que la renegociación entre la Argentina y el Club de París puede y debe ser un punto de quiebre en la lógica inconducente en la que se han planteado los préstamos de países desarrollados a países no desarrollados en los últimos 70 años. "Hoy el rol de Argentina es fundamental. Argentina es un país G20 y Alberto Fernández es un interlocutor muy importante de América latina con Europa. Argentina tiene la oportunidad y también la responsabilidad de liderar un movimiento más fuerte en torno a la deuda. Argentina tiene una historia de lucha contra los fondos buitre y, por ende, creo que tiene un rol que puede impactar en muchas otras personas que hoy necesitan de voces del sur", expresó Soria. 

"Francia y la Argentina podrían demostrarle al mundo que, sobre la base de una negociación verdaderamente innovadora y creativa, es posible cambiar la melodía y pensar en bailar un nuevo tango en París. Esta vez, inclusivo, verde y consensuado", concluyó Soria.   
  • Banner
  • Banner