Argentina y la tentación de las energías fósiles: "No hay que apostar por las presiones geopolíticas"

Para Agustín Matteri, el referente de ONU Medio Ambiente para América Latina y el Caribe, Argentina no es una excepción a la región en materia de desarrollo de energías verdes: su escenario se encuentra cruzado por características de biodiversidad excepcionales y condiciones socioeconómicas conflictivas. Durante los últimos años, el país asumió notables compromisos ante la comunidad internacional mediante la firma del Acuerdo de París (Ley 27270, septiembre de 2016). En esta línea, en diciembre de 2019 se publicó la Ley n.° 27520 de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global para garantizar acciones, instrumentos y estrategias adecuadas de resiliencia al cambio climático a lo largo del territorio nacional. En 2020, los voraces incendios en los ecosistemas de humedales del río Paraná ganaron un lugar de preponderancia en el eje de la agenda ambiental mediática, pero ése es solamente uno de los conflictos que pone en peligro la biodiversidad local. Según el V Reporte de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), el 4,3 por ciento de la deforestación global ocurre en Argentina. Y la principal causa es el avance del cultivo de la soja que ya representa el 18 por ciento de la superficie mundial sembrada. A ese cuadro se suman múltiples focos de inundaciones,sequías, abuso de combustibles fósiles, megaminería a cielo abierto,intervenciones dañosas sobre fuentes de agua dulce, instalación de basurales y vertido de efluentes tóxicos sobre cuencas. Al respecto, Matteri asegura que Argentina corre el peligro de tomar un camino de "distopía" si se deja presionar por la agenda de determinados grupos concentrados internacionales. "Yo no creo en la transición energética, creo que hay que hacer un cambio profundo y promover las energías renovables. Argentina tiene el potencial para hacerlo: la radiación solar en el norte, los vientos del sur, la presencia de litio y la posibilidad de almacenamiento en baterías de estas energías intermitentes, lo ponen en una posición estratégica", exhorta. Aunque advierte que "hay una presión muy fuerte de los sectores económicos concentrados por que Argentina sea proveedor de gas y de litio sin refinamiento. Por eso la sociedad civil tiene un rol fundamental para elegir qué tipo de país queremos, qué posicionamiento global queremos tener frente a esta crisis, cómo vamos a proteger el agua".

En línea con las demandas consensuadas por la comunidad internacional en el Acuerdo de París,  el artículo segundo de la Ley n.° 27520 de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global garantizó la conformación un Gabinete Nacional de Cambio Climático que reúne a 17 entidades de Gobierno y actúa como catalizador de todas las estrategias para la lucha y adaptación a este fenómeno y su integración en todas las acciones públicas.

De pasado en el cartera de Ambiente, Matteri conoce de cerca los entresijos de la función pública y las dificultades por articular la agenda ambiental con la financiera: "No culpo a ningún gobierno en particular y creo que se han hecho esfuerzos: de hecho, Argentina presentó una contribución más ambiciosa al Acuerdo de París, previendo un 25 por ciento más de reducción de gases de efecto invernadero, pero simultáneamente uno va las políticas actuales y encuentra subsidios a los combustibles fósiles, lo que hace más difícil alcanzar esas metas a tiempo". Pese a que el país cuenta con instrumentos de preservación ambiental, como el Plan de Agricultura de Bajo Carbono, el Plan de Acción para la Prevención y Control de la Deforestación en la Amazonía Legal, así como leyes sectoriales vinculadas al cambio climático, como la Ley de Protección de los Bosques Nativos o la Ley de Protección de Glaciares y Ambiente Periglacial, las metas orientadas a la consolidación de un sistema de energías limpias se encuentran todavía lejanas.  De hecho, según un informe del INTI, la Cámara Argentina de Energías Renovables y la Fundación Avina, entre otras organizaciones, la matriz energética argentina está basada en combustibles fósiles (87 por ciento petróleo y gas). "A Argentina le pasa lo que le pasa a varios países de la región, tiene una ventaja que puede ser una desventaja si no es aprovechada: cuenta con el segundo reservorio más grande de combustibles fósiles no convencionales(Vaca Muerta, Neuquén) y un reservorio de biodiversidad muy grande. Pero, a su vez, una serie de contextos que lo puede llevar a un camino de disrupción positiva o a uno de distopía", explica. En este sentido, Matteri insiste en que sería un grave error "apostar por presiones geopolíticas que lleven al colapso, como confiar en que Vaca Muerta es la solución, cuando los informes del IPCC nos advierten que promover el gas natural genera dificultades para reducir la emisión de gases de efectos invernadero", contrariando el objetivo de limitar su emisión a 1.5 °C.

La agenda verde en los medios Mientras se desarrollaba esta entrevista, en distintas ciudades de la provincia argentina de Chubut miles de personas se manifestaban en contra de la implementación de programas de megaminería, pero la temática no era portada de, prácticamente, ninguno de los principales medios de prensa del país. Al respecto, Matteri asegura que "hay que amplificar las voces desde donde se pueda, si no son los medios principales, con todos los que se pueda". "Es muy intermitente la presencia de estos temas en los medios, por eso debemos hacer todo el ruido posible", asegura. "Desde Naciones Unidas estamos al servicio de la ciencia,por eso es importante generar alianzas con la comunidad, con la sociedad civil,con los sectores activistas. Vivimos en la región con más asesinatos por mes y anuales de activistas ambientales, esto no puede ser tolerado, debemos pensar cómo puede ser que se mate a gente por defender la Tierra", denuncia. Y en ese mismo sentido sostiene que es necesario "tomar dimensión de lo que el poder concentrado (en referencia a las corporaciones que rentabilizan las energías fósiles) puede hacer: matar gente que intenta evitar proyectos de megaminería o deforestación de bosques".

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